Tener una actitud positiva, ser fiel a sus valores y marcarse metas realistas le ayudarán a ser más resiliente.
A la mayoría nos afectan las críticas y la impresión que causamos en los demás. No obstante, hay quienes dan más o menos importancia a la opinión ajena, dependiendo de su personalidad y de experiencias previas vividas.
Ser mentalmente fuerte y saber relativizar es clave para no dejarnos manipular y mantener una buena salud mental. También nos permitirá adaptarnos mejor a los cambios y enfrentarnos con mayor determinación a los contratiempos.
Cómo saber si tenemos fortaleza mental
Aunque cada persona pueda reconocerse fuerte y estar convencido de serlo, no siempre es así. Estos signos revelan un perfil de alguien resiliente:
Es una persona que no fuerza sus creencias personales en los demás. Es decir, que no se preocupa si alguien no le cree.
No se toma las cosas personalmente. Las personas resilientes entienden que no todos van a estar de acuerdo con sus opiniones e ideas, pero lo aceptan y no se sienten ofendidos.
Es autónomo/a a nivel emocional. Acepta que no todas las personas a las que quiere van a estar siempre en su vida (ya sea amistades o pareja) e intenta no obligarlas a quedarse. Esto forma parte del proceso de madurar.
Evita quejarse constantemente. En lugar de lamentarse, se esfuerza en buscar soluciones a los problemas. Se focaliza en aquello que está en sus manos para mejorar una situación.
Es responsable de su propia felicidad. No somos responsables de la felicidad ajena, pero sí de la propia. Este lema lo tienen muy presentes las personas resilientes.
Pone pasión en todo lo que hace, ya sea un trabajo, una relación o incluso algo esporádico. Además de pasión, la perseverancia es clave, sobre todo, en los objetivos a largo plazo.
Sabe gestionar la ansiedad. La presión, las preocupaciones y el miedo influyen en nosotros, aunque las personas resilientes tienen la capacidad mental de no dejarse llevar por ellas.
Tiene sentido del humor. Por muy duro que sea algo, siempre hay que tomarse la vida con humor. De todo se saca un aprendizaje, incluso de las experiencias negativas. Y el humor es una herramienta excelente para relativizar.
¿Podemos mejorar nuestra capacidad de resiliencia?
Sí. Aunque los factores genéticos juegan un papel importante, podemos reforzar nuestra mente. Como (casi) todo en la vida, la resiliencia puede adquirirse. Le damos 8 claves para lograrlo:
Aprenda del pasado. Es nuestro referente vital. Pensar cómo afrontamos los problemas que ya hemos superado nos sirve para resolver los nuevos que aparezcan. Para analizarlo al detalle, puede escribir en un diario situaciones pasadas para ver sus patrones de conducta y usarlos como una guía para el futuro.
Actitud positiva. Es fácil decirlo, pero menos tenerla. Aun así, esforzarse en tener una actitud positiva y en ver el lado bueno de las cosas mejora el pensamiento. Mire el vaso medio lleno: siempre hay algo positivo en todo lo que nos ocurre. Dele una vuelta mental a la situación y focalícese en ello.
Fiel a sus principios. Aunque la sociedad y las creencias cambian, nuestros valores no deberían hacerlo. Al final, a quien hemos de rendir cuentas es a nosotros mismos, por lo que ser fieles a nuestros principios nos permitirá vivir con conciencia y en paz.
Acepte que el cambio es parte de la vida. Hay que tener claro que hay circunstancias que no podemos cambiar, pero otras sí. La clave está en canalizar nuestros esfuerzos hacia estas últimas y aceptar que el cambio existe y que es positivo salir de nuestra zona de confort.
Fíjese en alguien de su entorno que sea resiliente. Tener un referente cercano con fortaleza mental es un estímulo y una fuente de inspiración. Por el contrario, aléjese de las personas tóxicas o de aquellas que frenan sus habilidades o pueden crearle inseguridades.
Afronte sus miedos. Otro aspecto nada fácil, que solamente se alcanza cuando hacemos algo a lo que tememos. Si le frena aprender un idioma, conducir o hacer un deporte concreto, hágalo. Seguramente, las primeras veces no le resultarán fáciles, pero luego se sentirá más seguro y capaz.
Establezca metas realistas. Fijarse objetivos inalcanzables provoca frustración y desánimo. Márquese objetivos desafiantes, pero que sean asumibles para reforzar su mente y sentir que progresa.
Haga deporte. El ejercicio físico es clave para el bienestar físico y emocional. Hacer deporte le hará sentirse bien y reforzará su salud mental.
Como ve, la resiliencia se puede aprender y desarrollar y es una habilidad fundamental para mantenernos fuertes y flexibles ante situaciones difíciles. Trabajar los aspectos anteriores le ayudará a potenciar su fortaleza mental.
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Fuentes:
Las 8 señales que indican que eres una persona mentalmente fuerte, según la psicología. Pablo Cubí del Amo. Saber vivir. Septiembre 2025. https://www.sabervivirtv.com/bienestar/las-10-senales-que-indican-que-eres-una-persona-mentalmente-fuerte-segun-la-psicologia_12167
Resiliencia: desarrolla habilidades para resistir frente a las dificultades. Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es/tests-procedures/resilience-training/in-depth/resilience/art-20046311