Este trastorno, agravado por la pandemia, puede tener graves consecuencias si no se trata. Descubre qué lo provoca.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que casi 300 millones de personas conviven con depresión y que la mitad de ellas no recibe tratamiento. En el peor de los casos lleva al suicidio, que provoca unas 700.000 muertes anuales en todo el mundo.
Estos datos reflejan la necesidad de un diagnóstico y una terapia efectivos para quienes padecen este trastorno mental, que se ha agravado con la pandemia. Cada 13 de enero se celebra el Día Mundial de la lucha contra la Depresión, uno de los grandes retos de este siglo.
Síntomas de la depresión
La depresión o trastorno depresivo mayor, causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en cualquier actividad. Afecta a los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento e, incluso, puede causar desmotivación por vivir.
Aunque algunas personas la sufren solo una vez en la vida, la depresión suele manifestarse en varios episodios. Estos son sus síntomas habituales:
- Sensación de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza
- Sentimiento de inutilidad, de culpa y autorreproches
- Arrebatos de enfado, irritabilidad o frustración, muchas veces sin motivo aparente
- Pérdida de interés por hacer cosas (quedar con gente, hacer deporte o tener sexo)
- Alteraciones del sueño (dormir mucho o insomnio)
- Cansancio y falta de energía
- Falta de apetito y adelgazamiento (o al contrario, más antojo de comida y aumento de peso)
- Ansiedad, agitación o inquietud
- Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales
- Pensamientos recurrentes sobre la muerte o el suicidio
Estos síntomas suelen ser lo suficientemente graves como para afectar a la vida cotidiana y las relaciones sociales. Los signos de depresión en niños y adolescentes son similares, pero además en estos últimos la enfermedad tiene un impacto negativo sobre su crecimiento y desarrollo.
Qué causa la depresión
Existen distintos factores que pueden predisponer a padecer este trastorno. Estos son los principales:
Biológicos. La herencia genética, los cambios hormonales y las alteraciones en neurotransmisores cerebrales (serotonina, noradrenalina y dopamina) pueden estar en el origen de una depresión.
Psicosociales. Una ruptura afectiva, problemas laborales y otras circunstancias estresantes pueden predisponer a sufrirla.
Enfermedades orgánicas como el Párkinson y la tuberculosis pueden desencadenarla.
Diagnóstico y tratamiento de la depresión
Si se identifican los síntomas descritos, estos se alargan en el tiempo y afectan a la vida diaria, es necesario pedir una cita con un profesional de la salud mental.
Para diagnosticarla, el médico suele llevar a cabo una entrevista, una evaluación psiquiátrica y distintas pruebas (como una analítica) que descarten una enfermedad orgánica.
El tratamiento dependerá de diversos factores, será personalizado y podrá combinar psicoterapia y farmacoterapia.
Terapia psicológica. El objetivo es aportar seguridad, comprensión y apoyo. Pretende corregir los pensamientos distorsionados y desdramatizar la situación. También prevé posibles recaídas.
Tratamiento farmacológico. Antidepresivos, ansiolíticos y otros medicamentos coadyuvantes son habituales para tratar la depresión.
Tratamiento electroconvulsivo. Se lleva a cabo en casos con depresión mayor grave o resistente. Es una técnica segura y sus efectos secundarios sobre la memoria son leves y transitorios.
Como ves, la depresión no es una debilidad o una tristeza pasajera, sino un trastorno de salud mental común y muy serio, que debe tratarse adecuadamente. Una buena terapia es clave para combatirla.
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Fuentes:
Depresión: datos y cifras. Organización Mundial de la Salud. Septiembre 2021. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression
Skeletal Muscle PGC-1α1 Modulates Kynurenine Metabolism and Mediates Resilience to Stress-Induced Depression. Leandro Z. Agudelo, Teresa Femenía, Funda Orhan et al. Revista Cell. September 2014. https://doi.org/10.1016/j.cell.2014.07.051