¿Es demasiado complaciente? Conozca las desventajas de ser muy bueno

Ser excesivamente bondadoso puede generar ansiedad y baja autoestima. Conozca las claves para evitarlo.

 

La bondad es una virtud muy loable, que escasea en estos tiempos. Aun así, siempre podemos encontrarnos con gente buena (incluso demasiado).

 

Nos vamos al otro extremo para hablar de las personas muy complacientes, es decir, de aquellas que priorizan la bondad a sus propios deseos, aunque les vaya en contra. Lejos de ser una ventaja, puede tener consecuencias negativas.

 

Ser bueno es una virtud, pero serlo demasiado puede jugar en contra, como revela el psicólogo Xavier Guix en su libro El problema de ser demasiado bueno. El experto advierte de los riesgos de descuidarnos y poner a los demás por delante de nosotros.

 

Una actitud que lleva a desconectar de los propios deseos, de lo que queremos y somos. Guix habla de un nuevo concepto, la mala bondad, que consiste en ser bueno para todos, pero no para uno mismo.

 

Existen muchas situaciones cotidianas vinculadas a la mala bondad, como seguir en una relación sentimental sin estar enamorado por no herir a la otra persona, no saber decir que no u obligarse a quedar con alguien, aunque no se tengan ganas, únicamente por complacer a los demás.

 

Consecuencias de ser demasiado complaciente

Esa mala bondad puede jugar en contra y conlleva algunas desventajas. Estas son las principales:

 

Obediencia excesiva. Cumplir con las demandas y expectativas de los demás, sin cuestionarlas, puede llevar a la pérdida de la propia identidad y autonomía.

 

Portarse bien siempre. Implica un esfuerzo constante por complacer a los demás, que puede acabar generando estrés y ansiedad. Evitar conflictos es una opción inteligente, aunque no debe condicionar la opinión propia ni llevar a la sumisión.

 

Baja autoestima. Pretender ser muy bondadoso siempre produce sentimientos de culpa y baja autoestima. Incluso puede llevar a perder el respeto por uno mismo, ya que estas personas miden su valor en función de lo que hacen por los demás.

 

Sentimiento de abuso. Ser excesivamente bondadoso no significa que vayan a quererle más. Al contrario,  las personas pueden aprovecharse de su absoluta disposición y exigirle cada vez más, lo que acabaría provocando un desequilibrio en la relación.

 

Ira contenida. Al no expresar emociones negativas, las personas muy complacientes acumulan frustración e ira, pudiendo afectar a su vida personal y social. En este último ámbito, las relaciones pueden ser más superficiales, al sentir que sólo le valoran por lo que hace por los demás y no por quién es realmente.

 

Claves para dejar de serlo

Conocidos los riesgos de la mala bondad, es hora de buscar soluciones para evitar sus consecuencias. El autoconocimiento, la práctica y la paciencia le ayudarán a gestionar el exceso de complacencia.

 

Valore sus necesidades y deseos. Haga un esfuerzo por identificar lo que quiere y necesita. De esta manera, podrá tomar decisiones basadas en lo que es mejor para usted en lugar de hacer lo que los demás esperan.

 

Establezca límites. Desarrolle la habilidad de decir que no. Empiece con cosas pequeñas para poder ganar confianza y saber rechazar algo que no le interesa.

 

Asuma que no puede gustar a todo el mundo. El miedo al rechazo nos lleva a ser complacientes, aunque nunca va a estar todo el mundo contento con nuestras decisiones.

 

Priorícese. Dedíquese tiempo y dese el lugar que merece. Para ello, practique el autocuidado, mímese y priorice sus necesidades antes las de los demás.

 

No se sienta culpable. Recuerde que cuidarse revierte en su salud física y mental. Evite culpabilizarse o sentirse egoísta por pensar en su bienestar.

 

Elija bien sus amistades. Rodéese de personas que respeten sus límites, con las que se sienta cómodo y se muestre como realmente es.

 

Como ve, ser demasiado complaciente puede jugar en su contra. Para evitarlo, tenga en cuenta los consejos anteriores, que le ayudarán a aumentar su autoestima. Seguir una dieta sana y equilibrada, hacer deporte moderado con regularidad y dormir lo suficiente también contribuyen al bienestar emocional y físico.

 

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Fuentes:

Xavier Guix, psicólogo, sobre la necesidad de complacer a los demás: «Ser demasiado bueno no es bueno». Pablo Cubí del Amo. Saber Vivir. Enero 2025. https://www.sabervivirtv.com/bienestar/xavier-guix-psicologo-sobre-las-necesidad-de-complacer-a-los-demas-ser-demasiado-bueno-no-es-bueno_10962

 

Cómo dejar de ser complaciente. Alexandra Roiba. La Vanguardia. Agosto 2024. https://www.lavanguardia.com/vivo/psicologia-salud-mental/20240817/9857333/como-dejar-persona-complaciente-pvlv.html

 

El problema de ser demasiado bueno. Xavier Guix. Editorial Arpa. https://arpaeditores.com/products/el-problema-de-ser-demasiado-bueno

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