Esta enfermedad del nervio óptico provoca pérdida de visión. Un diagnóstico precoz y un tratamiento efectivo son clave.
El 12 de marzo es el Día Mundial del Glaucoma, una enfermedad ocular frecuente y potencialmente grave. En torno al 2% de la población de más de 40 años padece glaucoma, una patología que aumenta con la edad y representa la segunda causa de ceguera en nuestro entorno.
Afortunadamente, la ceguera podría evitarse diagnosticando y tratando la enfermedad de manera adecuada.
¿Qué es el glaucoma?
Es una enfermedad del nervio óptico caracterizada por una pérdida del campo de visión, debido a una presión elevada dentro del ojo. Esta presión ocular se produce por la configuración anatómica del ojo, por inflamación, traumatismo u otras causas. Estos son los cuatro tipos de glaucoma más comunes:
Glaucoma primario de ángulo abierto. Es el más frecuente, suele aparecer a partir de los 40 años, evoluciona lentamente y no presenta síntomas hasta que está en un estadio avanzado y se produce una pérdida de visión. Por ello, su diagnóstico suele darse en revisiones oftalmológicas.
Glaucoma de ángulo cerrado. Puede ser agudo o crónico. La forma aguda suele causar dolor ocular, enrojecimiento y visión borrosa. El glaucoma de ángulo cerrado conlleva un elevado riesgo de pérdida de visión, por lo que un diagnóstico precoz y el láser preventivo pueden evitarlo.
Glaucomas secundarios. Engloba distintos tipos de glaucomas y suelen estar causados por otra enfermedad que provoca un aumento de la presión ocular.
Glaucoma congénito. Como el nombre indica, se presenta en los primeros días o meses de vida de una persona y es secundario a anomalías del desarrollo del ojo durante la gestación.
Como hemos dicho, la edad es un factor clave en el desarrollo de un glaucoma. Los mayores de 40 años tienen mayor riesgo, así como las personas con miopía y quienes tienen antecedentes familiares. Estos últimos tienen entre un 4% y un 16% de riesgo de desarrollar glaucoma.
Las alteraciones en el sueño también están vinculadas al glaucoma. Un estudio estadounidense llevado a cabo a más de 6.700 personas mayores de 40 años encontró una asociación entre glaucoma y problemas de sueño.
Según la investigación, quienes dormían más de 10 horas tenían tres veces más probabilidad de tener daño en el nervio óptico por glaucoma que quienes dormían 7. Asimismo, quienes conciliaban el sueño en 30 minutos tenían el doble de riesgo de glaucoma que quienes se quedaban dormidos en 9 minutos.
Síntomas de la enfermedad
Dependiendo del tipo y la etapa, el glaucoma se manifiesta con distintos signos, que son más notables a medida que avanza la enfermedad. Aun así, cuando el nervio óptico ya está dañado, estos son los síntomas más comunes:
- Visión borrosa
- Pérdida de visión periférica
- Dolor ocular
- Arco iris alrededor de las luces
- Dolor de cabeza
- Enrojecimiento de los ojos
- Náuseas o vómitos
¿Puede tratarse?
Sí. Según el tipo y la gravedad, se llevan a cabo distintos tratamientos, enfocados a reducir la presión ocular y conservar la visión de la persona afectada.
Gotas. Los colirios contienen fármacos que ayudan a disminuir la presión y aumentan el drenaje del líquido ocular. Es fundamental seguir el tratamiento de manera estricta para que haga efecto y aplicarse las gotas correctamente.
Láser. Se pueden aplicar distintos tipos de láser, dependiendo del tipo de glaucoma. Es un tratamiento muy útil y se realiza de forma ambulatoria.
Cirugía. Cuando las gotas y el láser no son efectivos, puede ser necesaria una cirugía para reducir la presión intraocular o crear una nueva vía para el drenaje del líquido ocular.
El glaucoma, ¿puede prevenirse?
Llevar a cabo ciertos hábitos puede ayudar a detectar antes la enfermedad y a evitar la pérdida de visión. Para ello, tenga en cuenta estas recomendaciones:
Revisiones periódicas. Los exámenes de la vista ayudan a detectar el glaucoma en sus etapas iniciales. A partir de los 40 años, las revisiones deberían hacerse cada 2 o 3 años y, a partir de los 65, anuales. No obstante, si tiene antecedentes familiares o riesgo de glaucoma, deberán hacerse con más frecuencia.
Proteja sus ojos. Las lesiones oculares graves pueden derivar en glaucoma. Para evitarlas, proteja sus ojos cuando haga deporte o trabaje con herramientas eléctricas. Por otro lado, usar gotas para los ojos de forma regular ayuda a mantener la presión ocular bajo control.
Como ve, el glaucoma es una enfermedad ocular bastante común, cuyo riesgo aumenta con la edad. Siga los consejos anteriores para prevenirla y visite a su oftalmólogo de forma periódica. Seguir una dieta sana y equilibrada, hacer deporte con regularidad y dormir lo suficiente también contribuyen al bienestar general.
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Fuentes:
Association Between Sleep Parameters and Glaucoma in the United States Population: National Health and Nutrition Examination Survey. Mary Qiu, Pradeep Ramulu and Michael Boland. Journal of Glaucoma. February 2019. Doi: 10.1097/IJG.0000000000001169
Glaucoma. Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/glaucoma/symptoms-causes/syc-20372839
Glaucoma. Instituto Catalán de la Retina (ICR). https://icrcat.com/enfermedades-oculares/glaucoma/