test covid-19

Test para el diagnóstico del COVID-19

Determinar mediante pruebas la presencia del SARS-CoV-2 −el virus causante del COVID-19− es fundamental para el manejo de la enfermedad individual, así como para poder atajar su transmisión, en el contexto actual de pandemia. De este modo, a partir del diagnóstico de la infección se puede proceder a llevar a cabo otras acciones encaminadas a controlar la transmisión, como pueda ser el rastreo de los contactos de la persona infectada, según señala la propia Organización Mundial de la Salud.

Para ello, existen diversas pruebas o test con el fin de averiguar si una persona está o ha estado infectada por el coronavirus.

Las directrices sanitarias señalan que a todos aquellos casos sospechosos de infección por el SARS-CoV-2 se les realizará una PCR en las primeras 24 horas. Sin embargo, también es necesario disponer de pruebas rápidas, simples e idealmente con alta sensibilidad y especificidad.

En este sentido, se entiende por casos sospechosos aquellos en los que se observa un cuadro clínico de infección respiratoria aguda que curse con fiebre, tos o sensación de dificultad respiratoria. También se incluyen los pacientes con enfermedad grave del tracto respiratorio inferior sin causa clara. Finalmente, los pacientes con síntomas como mialgias, diarrea y aberraciones olfativas o gustativas también se pueden considerar como sospechosos.

PCR

La PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa, por sus siglas en inglés) es la técnica de referencia para el diagnóstico del COVID-19. Se trata de la prueba más fiable de los métodos disponibles.

La prueba consiste en copiar el ADN del microorganismo que se quiere detectar en una muestra, de modo que haya suficiente cantidad para ser detectado.

En el caso del virus SARS-CoV-2, dado que contiene ARN en lugar de ADN, primero hay que convertir el ARN en ADN por medio de la enzima transcriptasa inversa. A continuación, las copias obtenidas del ADN vírico se mezclan con diferentes reactivos. Si, efectivamente, el material genético del virus está presente, los colorantes fluorescentes añadidos permitirán confirmar la presencia del virus en la muestra y la prueba será positiva, es decir, la persona estará infectada. Por el contrario, si el virus no está presente en la muestra, los colorantes no aumentan su fluorescencia y la prueba será negativa.

Las muestras biológicas para el diagnóstico de COVID-19 más utilizadas en la prueba de la PCR son las nasofaríngeas y orofaríngeas. La toma de muestras se realiza con un hisopo a partir de un frotis o exudado de esas zonas.

Limitaciones de la PCR

Si bien la prueba de la PCR es la forma más fiable de comprobar la presencia del virus SARS-CoV-2, esta también presenta limitaciones.

En primer lugar, debe realizarse por personal cualificado en laboratorios de microbiología clínica. En este sentido, una mala gestión y manipulación de las muestras podrían causar problemas por falsos positivos (cuando no se tiene el virus, pero la prueba da positivo) o falsos negativos (cuando se tiene el virus, pero la prueba da negativo).

Por otro lado, la prueba solo señala la presencia del virus en el momento de la prueba, no si ya se ha superado la infección.

Finalmente, el resultado negativo de la prueba no excluye la posibilidad de infección por SARS-CoV-2.

Test antígeno-anticuerpo

Además de la PCR, que detecta directamente la presencia del virus en una muestra a partir de su material genético, existen diversos test basados en la reacción antígeno-anticuerpo. Principalmente, se distinguen dos tipos, los que detectan anticuerpos o inmunoglobulinas humanas que luchan contra el virus cuando se ha producido la infección (test serológicos) y los que detectan antígenos o proteínas del virus, presentes en la muestra (test antigénicos).

Cuando se pretende averiguar si una persona asintomática ha pasado el COVID-19 se debería realizar un test serológico a partir de una muestra de sangre. Esta prueba permitirá determinar la presencia de anticuerpos (IgM e IgG, principalmente). El test serológico es cualitativo cuando solo se detecta la presencia o ausencia de los anticuerpos. Por el contrario, el test serológico cuantitativo analiza la cantidad de anticuerpos presentes, lo que ayuda a definir mejor en qué momento de la infección se encuentra el paciente.

Las pruebas basadas en las reacciones antígeno-anticuerpo suelen presentarse en forma de kits rápidos que presentan un funcionamiento similar a los test de embarazo y ofrecen un resultado en 10-15 minutos. Están formados por una pequeña superficie con una obertura que contiene anticuerpos que reconocen las proteínas del virus, en el caso de los antigénicos, o bien moléculas del virus que reconocen los anticuerpos generados por nuestro organismo para defenderse, en el caso de los serológicos. Estos test rápidos son pruebas cualitativas que solo ofrecen resultado positivo o negativo.

Test rápidos de anticuerpos (serológicos)

Los más comunes son los inmunoensayos que incorporan tiras de papel inmunocromatográficas que identifican la presencia de anticuerpos específicos. Para ello, es necesaria una gota de sangre del paciente que se puede obtener mediante punción y se sitúa en el dispositivo. Los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 presentes en la muestra de sangre, si es el caso, serán identificados y bloqueados. Esta reacción determinará un cambio de color que quedará plasmado en el dispositivo, en función de los diferentes anticuerpos presentes (IgM, IgG, o ambos).

A pesar de su rapidez, este tipo de pruebas son menos fiables que la PCR. Por otro lado, se puede recomendar su utilización junto con la prueba de la PCR para complementar los resultados e indagar sobre el momento de la infección en la que se encuentra el paciente.

Test rápidos de antígenos

Además de la PCR o los test de anticuerpos, también se comercializan test que detectan antígenos o proteínas del virus de manera casi inmediata.

La muestra que se necesita para esta prueba es un exudado nasofaríngeo, similar al de la prueba de la PCR. El hisopo con las secreciones se introduce en un tubo con un reactivo que diluye la muestra. A continuación, una gota de la solución se sitúa en la abertura del dispositivo. En caso de la presencia del virus, aparece una coloración indicativa en el kit. El resultado es más fiable si la muestra se toma en los primeros 7 días desde el inicio de los síntomas.

Las pruebas rápidas de detección de antígenos disponibles son muy específicas. De este modo, existen pocos “falsos positivos”, es decir, si la prueba es positiva es muy probable que el paciente tenga la infección. En cualquier caso, los resultados, aunque muy fiables, no son definitivos al 100%. El médico o el personal sanitario deberá valorar las circunstancias del paciente, los síntomas y su evolución y la necesidad de realizar una prueba complementaria, como la PCR.

Si necesitas un test diagnóstico de COVID-19 puedes pedir información en la dirección de correo info@tecnosaludybienestar.com.

Bibliografía

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