El cambio de estación puede traernos resfriados y gripes que afecten a nuestra garganta. Averigua cómo aliviar el dolor
Las infecciones víricas (como un resfriado o una gripe), las alergias, los esfuerzos de la voz o el reflujo de los ácidos de la digestión pueden causar faringitis. Se trata de una afección que se contagia a través de las gotitas de saliva que se expelen al hablar, toser o estornudar.
Popularmente conocida como garganta, la faringe es la cavidad que se extiende desde la parte posterior de la nariz y la boca hasta el comienzo de la laringe y el esófago. Se encarga de conducir el aire hacia las vías respiratorias bajas y facilitar el paso de los alimentos hacia el esófago.
Cuando la faringe se inflama puede provocar tos, sequedad, molestias y dolor en esta zona, así como dificultades al tragar o al hablar, dependiendo del tipo de faringitis.
Tipos de faringitis
Existen distintos tipos, según su origen.
Faringitis aguda. Es lo que conocemos como inflamación de la garganta y está causada por bacterias o virus comunes.
Faringitis crónica. Puede producirse por una faringitis aguda recurrente o por una inflamación crónica provocada por el abuso de alcohol, el esfuerzo de la voz o por el tabaco.
Faringitis estreptocócica. Infección bacteriana, que provoca dolor y picazón en la garganta. Es común en niños y adolescentes, según el Instituto de Salud de EE.UU.
Causas de la faringitis
Estos factores aumentan el riesgo de padecerla.
Menores. Los niños y adolescentes (de entre 5 y 15 años) suelen ser más propensos a padecer dolor de garganta.
Tabaco. Los fumadores tienen mayor riesgo de inflamación de garganta, además de poder sufrir cáncer de boca, garganta y laringe.
Sustancias químicas. La exposición a partículas en el aire (procedentes de la quema de combustibles fósiles y productos químicos domésticos) puede irritar la garganta.
Lugares cerrados. Las infecciones virales y bacterianas se propagan fácilmente en los espacios cerrados, donde hay mucha gente reunida.
Sistema inmunológico débil. Quienes padecen VIH, diabetes o cáncer están más expuestos a una faringitis. El estrés y una mala alimentación también juegan en contra.
Tratamientos para la faringitis
Existen alternativas naturales muy eficaces para mejorar el dolor de garganta (aunque no se recomiendan en casos de hipertensión, embarazo o lactancia).
Caléndula. Tiene propiedades bactericidas, antiinflamatorias y protectoras de las mucosas de la garganta. Prepara una infusión, añade miel y limón y haz gárgaras un par de veces al día.
Malvavisco. Es antiinflamatorio, suaviza la faringe y facilita la expulsión de las mucosidades. Se puede tomar en decocción o jarabe, sola o con otras hierbas, un par de veces al día.
Regaliz. Su raíz tiene principios activos reparadores, suavizantes y antiinflamatorios. Conviene hacer gárgaras 2 o 3 veces al día.
Llantén menor. Tiene propiedades antibacterianas, reparadoras y antiinflamatorias que ayudan a aliviar la faringitis, así como resfriados y gripes. Puedes tomarla en jarabe o hacer gárgaras.
Propóleo. Producido por las abejas, es un remedio natural muy efectivo. Se puede tomar en extracto (directamente sobre la garganta o diluido en agua) o en comprimidos para chupar.
Antibióticos. Si la faringitis está causada por una infección bacteriana, el médico puede recetar un tratamiento a base de antibióticos (normalmente penicilina) por vía oral durante 10 días.
Para prevenir el dolor de garganta, evita los ambientes contaminados este otoño, bebe suficiente líquido y huye de las comidas muy calientes y las bebidas muy frías.
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Fuentes:
Cómo aliviar el dolor de garganta. National Institute of Health. March 2013. https://salud.nih.gov/articulo/como-aliviar-el-dolor-de-garganta/