Ser precavido, intentar mantener la calma y estar comunicados con los demás ayuda a gestionar una tragedia ambiental.
Se acaban de cumplir 20 años del tsunami del océano Índico, el más devastador de la historia moderna. Además de causar unos 300.000 muertos y más de medio millón de desplazados, muchos supervivientes aún arrastran secuelas del trágico suceso.
Mucho más reciente ha sido la DANA, que arrasó a su paso distintas localidades del sur de Valencia, a finales del pasado mes de octubre. A las pérdidas económicas se suman las emocionales, que son igual o más difíciles de gestionar.
La desorientación inicial ha dado paso a una situación inusual y desconcertante, que provoca dolor, miedo, inseguridad y bloqueo, y a la que hay que hacer frente. Aunque el ser humano no está preparado para asumir estos momentos críticos, existen pautas que ayudan a gestionar las consecuencias de una catástrofe.
Fases psicológicas tras la catástrofe
Después de un desastre natural como la DANA, las personas afectadas atraviesan distintas etapas emocionales de afrontamiento.
Tras el impacto de la catástrofe, prevalece el estado de shock e incredulidad y la percepción de vulnerabilidad. En ese momento, se atraviesa una fase heroica, en la que todos damos más de lo que pensábamos que íbamos a ser capaces.
Luego viene la luna de miel, en la que el altruismo, los vínculos y la ayuda a los demás guían nuestra vida. Inmediatamente, sigue la fase de desilusión, donde nos desinflamos y descubrimos que no todo es tan bonito. Entonces, aparece el cansancio físico y emocional, y el pesimismo.
Normalmente, un año después de la tragedia empieza la fase de reconstrucción, donde se intenta volver a la vida normal y recuperar el orden, la calma y la tranquilidad.
Cómo reaccionamos
Aunque las fases descritas se refieren al proceso general que experimentan quienes han sufrido una catástrofe, no todo el mundo la vive igual.
Hay personas que reaccionan en modo supervivencia, activando todos sus recursos y volcándose en la ayuda, mientras que otras se bloquean y se pueden quedar paralizadas y sin recursos. Ambas son formas naturales de respuesta, y unas sostienen a otras en diferentes fases.
Respetar cada fase del proceso es amarse. Cada persona experimenta sus tiempos y emociones, por lo que hay que evitar compararse con los demás. En muchos casos, pedir ayuda es necesario y es una forma de autocuidarse y protegerse.
Claves para la supervivencia
Manejar la situación de la mejor manera posible no siempre es fácil. Estas pautas son muy efectivas para lograrlo:
Intente mantener la calma. En una tragedia, el pánico suele adueñarse de la situación, sobre todo, al principio. Respire profundamente e intente mantener cierta calma para poder pensar con claridad y tomar decisiones más racionales.
Sea precavido. Tener un kit de emergencia con agua, alimentos no perecederos, linterna, un botiquín de primeros auxilios y herramientas básicas es muy útil. También conviene tener una ruta de evacuación conocida e información sobre las posibles catástrofes naturales de su zona y cómo actuar ante ellas.
Provisión de agua y alimentos. Contar con agua potable y alimentos no perecederos es fundamental en caso de catástrofe. Evite aquellos que requieran refrigeración o cocción. Por otro lado, una buena higiene personal, que incluya lavado de manos y desinfección de heridas, es vital en situaciones de desastre.
La importancia de la comunicación. Estar en contacto con familiares y amigos ayuda a mantener el control de la situación. El teléfono móvil puede ser una fuente de información muy útil para obtener datos sobre la situación y encontrar lugares seguros.
Al respecto, es muy importante buscar un lugar seguro, sobre todo, en caso de inundaciones. Evite zonas expuestas, como puentes y edificios dañados.
Cuidado con la desinformación. Durante una catástrofe, la desinformación puede propagarse rápidamente. Verifique las fuentes oficiales de noticias y no tome decisiones basadas en rumores.
Ayude a los demás. Colaborar con otras personas puede mejorar las oportunidades de supervivencia. Compartir conocimientos, recursos y apoyo emocional es clave en las situaciones extremas.
Como ve, las catástrofes provocan daños emocionales difíciles de gestionar. Las claves anteriores pueden ayudarle a sobrellevar mejor situaciones tan complicadas como estas. En muchos casos, la ayuda psicológica resulta de gran ayuda para afrontar la situación.
En Nueva Mutua Sanitaria contamos con los mejores psicólogos y psiquiatras, que pueden ayudarle a conocer y controlar sus emociones.
Fuentes:
Sobrevivir a una castástrofe: las fases psicológicas y emocionales por las que podemos pasar. Laura Chica. Saber vivir. Noviembre 2024. https://www.sabervivirtv.com/bienestar/sobrevivir-una-castastrofe-las-fases-psicologicas-emocionales-por-las-que-podemos-pasar_10738#show-9
Recomendaciones en caso de catástrofes naturales. Ministerio de Asuntos Exteriores. https://www.exteriores.gob.es/Embajadas/managua/es/ViajarA/Paginas/Recomendaciones-en-caso-de-cat%C3%A1strofes-naturales-.aspx