Resfriado, bronquitis y astenia otoñal: descubra los trastornos más comunes después del verano

Los cambios de temperatura, la baja humedad y la falta de ventilación traen consigo patologías propias del otoño. Descubra más. 

 

Aunque asociamos los constipados con el invierno, tras el verano, se suceden con bastante frecuencia. Lo mismo ocurre con la bronquitis y las alergias respiratorias. Los cambios de temperatura propios del fin del verano pueden causar la propagación de virus respiratorios y traer consigo estas enfermedades.

 

Irritación, estornudos, mocos y dolor de garganta son síntomas muy comunes de estos procesos nasales o faríngeos, que suelen tener un origen vírico y no deben ser tratados con antibióticos. En la mayoría de casos, hacer reposo, beber mucho líquido y tomar algún analgésico es suficiente para tratarlos.

 

¿Qué diferencias hay entre un resfriado y una bronquitis?

Aunque a veces pueden confundirse, son dos patologías muy distintas. El resfriado, también conocido como catarro o constipado, es una inflamación del tracto respiratorio superior, es decir, nariz, garganta y senos paranasales.

 

Los síntomas más comunes de un constipado son congestión, dolor en la faringe, goteo nasal, estornudos e irritación en los ojos. Suelen durar de 7 a 10 días y desaparecen por sí solos o con algún paracetamol o ibuprofeno.

 

La bronquitis, que muchas veces comienza como un resfriado, es una inflamación de los bronquios, es decir, los conductos que llevan el aire a los pulmones. La bronquitis suele ser de origen vírico y causa tos, dificultad respiratoria, expectoración y silbidos.

 

Como el resfriado, la bronquitis no precisa de antibióticos, aunque suele ser más grave y, su duración, mayor. Una bronquitis puede durar entre una y tres semanas, aunque la tos puede extenderse más tiempo. Se trata con analgésicos y bebiendo mucho líquido. El humidificador de ambiente también resulta útil.

 

Otras enfermedades respiratorias del otoño

Siguiendo con las patologías respiratorias, la gripe, el asma y alergias como la sinusitis son comunes en esta estación. Desglosamos cada una de ellas y añadimos otras como la astenia otoñal, la dermatitis y las enfermedades gastrointestinales, también propias del otoño.

 

Gripe. Esta enfermedad respiratoria contagiosa, causada por un virus que suele afectar a nariz, garganta y pulmones, suele conllevar dolor de garganta y de cabeza, fiebre, escalofríos y fatiga. Para combatir estos molestos síntomas, se emplea paracetamol e ibuprofeno y se recomienda reposo y una buena hidratación.

 

Asma. A diferencia de las anteriores, el asma es una enfermedad crónica, más grave que las anteriores, ya que dificulta la respiración al inflamar y estrechar las vías respiratorias. Opresión en el pecho, tos y sibilancias son signos habituales en quienes padecen asma, que suele tratarse con inhaladores.

 

Sinusitis. También conocida como infección de los senos paranasales, ya que es una inflamación de la mucosa que recubre las citadas cavidades de la nariz, la sinusitis puede causar dolor facial y de cabeza, congestión nasal y fiebre.

 

Como las patologías respiratorias anteriores, requiere reposo y una buena hidratación. Aplicar compresas calientes en la cara, usar salinas nasales y analgésicos también son buenas opciones para tratar esta patología. Si la sinusitis está causada por una bacteria, el médico podría recetar antibióticos.

 

Astenia otoñal: qué es y cómo combatirla

Puede que la astenia primaveral sea más popular, pero la otoñal existe, y también provoca cansancio, apatía y falta de energía. Esta debilidad física y emocional, asociada al cambio de estación, no es una enfermedad como tal, sino un síntoma vinculado a otros trastornos.

 

La astenia otoñal suele ser leve, pasajera y de corta duración. Aun así, seguir una alimentación equilibrada, incorporar triptófano y vitamina B6 a la dieta (para aumentar los niveles de serotonina), hacer deporte y seguir una buena rutina del sueño ayudan a combatir este trastorno.

 

Por otro lado, la dermatitis (provocada por los cambios de temperatura, el frío y la baja humedad) y enfermedades como la gastroenteritis, el estreñimiento y la acidez estomacal (causadas por la poca ventilación, que puede traer consigo la proliferación de bacterias) también son comunes tras el verano.

 

Como ve, los cambios de temperatura, la baja humedad y la falta de ventilación pueden provocar enfermedades respiratorias y otros trastornos, como la astenia otoñal. Seguir las indicaciones anteriores, llevar una dieta sana y equilibrada y hacer ejercicio físico ayuda a mejorar los síntomas.

 

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Fuentes:

Las enfermedades del otoño: cuáles son y cómo tratarlas. Chom Sánchez. La Vanguardia. Septiembre 2019.

https://www.lavanguardia.com/vida/salud/20190923/47389086798/gripe-otono-astenia-resfriado-salud-estacionalidad.html

 

Llega el otoño: ocho enfermedades que hay que controlar. Lucía Cancela. La Voz de Galicia. Septiembre 2022. https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lavozdelasalud/enfermedades/2022/09/22/llega-otono-ocho-enfermedades-controlar/00031663861576563190610.htm

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