La crioterapia reduce el dolor muscular y mejora el estado de ánimo. No obstante, consulte al médico antes de probar los baños de hielo.
El calor intenso de estos meses obliga a buscar la sombra y refrescarse. Estar en remojo es una de las opciones más apetecibles para combatir las altas temperaturas. Los baños de hielo también pueden ser una opción, aunque librarse del calor no sea su principal finalidad.
La inmersión en agua fría o baño de hielo es un tipo de terapia que consiste en sumergir el cuerpo en agua entre 10 y 15 grados, de 5 a 15 minutos. Una tarea nada fácil por el contraste entre la temperatura ambiente y la del agua, aunque sea por un periodo de tiempo corto.
Los baños de hielo no son una invención reciente. Existen, desde hace siglos, por los demostrados beneficios terapéuticos que aportan al organismo. Este tipo de crioterapia, dirigida especialmente a quienes practican deporte, puede ayudar a reducir el dolor muscular y mejora el estado de ánimo.
Un estudio publicado en The Journal of Physiology encontró que los baños de hielo pueden mejorar el estrés celular y la inflamación tras la práctica deportiva, aunque hacen falta más estudios para comprobar su evidencia científica.
Tres beneficios de los baños de hielo (y algunos riesgos)
La terapia con agua fría resulta muy beneficiosa para la salud, al reducir la temperatura corporal y aumentar la circulación sanguínea. Ponga atención a estas tres ventajas:
Aumentan el bienestar corporal. Las duchas con agua helada disminuyen el estrés y fomentan la relajación por la liberación de neurotransmisores y la activación nerviosa generada por el frío.
Alivia el dolor. Al estimular la circulación sanguínea, los baños de hielo reducen la hinchazón y la inflamación tras una lesión aguda (como un esguince de tobillo, una rotura muscular o un traumatismo).
Ayudan a prevenir las varices. La contracción vascular provocada por las inmersiones en hielo resultan muy útiles para prevenir o aliviar patologías como la insuficiencia venosa crónica y las varices.
No obstante, los baños de hielo también pueden tener efectos secundarios. Pueden provocar un shock en el cuerpo, causar erupciones cutáneas por frío (paniculitis) e incluso quemar la piel, provocando ampollas y piel decolorada. Por ello, antes de tomar un baño de hielo, es conveniente consultarlo con su médico.
¿Cómo funcionan los baños de hielo?
Al sumergirse en agua helada, se reduce la temperatura corporal. Este cambio estrecha los vasos sanguíneos de la piel y desplaza la sangre al centro, mientras el cuerpo intenta mantenerse caliente.
Al salir de la inmersión, se produce una vasodilatación, es decir, los vasos sanguíneos se expanden y bombean sangre rica en oxígenos y nutrientes, que vuelven a los tejidos y músculos del cuerpo. Este proceso ayuda a calmar la inflamación y las molestias musculares derivadas del ejercicio físico.
Asimismo, el agua ejerce presión hidrostática sobre el cuerpo, es decir, mueve el flujo sanguíneo hacia el corazón, el cerebro y los pulmones, proporcionando un extra de oxígeno y nutrientes a estos órganos vitales.
Al respecto, un estudio de la Kyung-In Women’s University (Corea del Sur) concluyó que la inmersión en agua contribuye a mejorar el mantenimiento de la salud, desde la función cardiovascular hasta el alivio del dolor muscular.
Otras terapias con agua fría
Además de los baños de hielo, existen otras modalidades de crioterapia. Destacamos estas tres:
Ducha fría. Implica permanecer bajo agua fría entre 5 y 15 minutos. No obstante, si se inicia en esta terapia, es aconsejable una ducha fría de 30 segundos. Un estudio de The Artic University de Noruega halló que la exposición regular al agua fría estimula las defensas, mejora la circulación y reduce el estrés.
Baños de contraste. Consisten en alternar inmersiones de agua fría y caliente. La duración puede variar. Lo recomendable al principio es alternar agua fría y caliente cada minuto durante 15. Este tipo de terapia suele emplearse cuando hay una distensión muscular.
Método Wim Hof. Creado por un atleta holandés llamado así, esta terapia incluye ejercicios de respiración seguidos de apneas, duchas frías y baños de hielo y meditación (para aumentar la autoconciencia y la fuerza de voluntad). El método Wim Hof está enfocado en la reducción del estrés.
Como ve, los baños de hielo son muy beneficiosos para quienes practican deporte, ya que alivian el dolor corporal y muscular. No obstante, es aconsejable aumentar progresivamente el tiempo de inmersión para evitar riesgos. Seguir una dieta sana y dormir lo suficiente también contribuyen al bienestar general.
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Fuentes:
Is the ice bath finally melting? Cold water immersion is no greater than active recovery upon local and systemic inflammatory cellular stress in humans. R Allan and C Mawhinney. The Journal of Physiology. March 2017 https://physoc.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1113/JP273796
The Thermal Effects of Water Immersion on Health Outcomes: An Integrative Review. Jiyeon An, Insook Lee and Yunjeong Yi. International Journal of Environmental Research and Public Health.
April 2019. https://doi.org/10.3390/ijerph16071280
Health effects of voluntary exposure to cold water – a continuing subject of debate. Didrik Espeland, Louis de Weerd and James B. Mercer. International Journal of Circumpolar Health. September 2022. https://doi.org/10.1080/22423982.2022.2111789
Benefits and risks of ice baths. Carley Millhone. Health. December 2023. https://www.health.com/ice-baths-8404207