Ciática o cómo no quedarte clavado

Ciática o cómo no quedarte clavado

Este dolor, que empieza en la espalda y baja hasta la rodilla, dificulta hacer vida normal. Te contamos cómo prevenirlo y aliviarlo.

«¡Me he quedado clavado!». Esta frase resume la angustiosa sensación que sentimos cuando tenemos ciática, un intenso dolor que irradia a lo largo del trayecto del nervio ciático y se extiende hacia abajo, desde la parte inferior de la espalda hasta las rodillas, los tobillos e, incluso, los pies.

En el 90% de los casos, la ciática se produce cuando una hernia de disco comprime parte del nervio, provocando dolor, inflamación, hormigueo, así como entumecimiento en la pierna y dificultad para controlarla, según un estudio del Centro Médico Universitario de Holanda.

Las molestias acostumbran a ser leves al principio, aunque pueden empeorar al final del día, provocando que gestos tan cotidianos como toser, estornudar o levantarse de la silla se conviertan en un auténtico suplicio. La ciática suele afectar sólo a un lado del cuerpo, pero impide que podamos desarrollar con normalidad nuestras actividades diarias.

Diferencias entre lumbalgia y ciática

Aunque ambas dolencias tienen bastantes similitudes y suelen confundirse, no son lo mismo.

La lumbalgia es un dolor localizado en la parte baja de la columna vertebral que no suele afectar al nervio, sino a los músculos y articulaciones de la zona lumbar. Es lo que tradicionalmente definimos como dolor de espalda, que afecta a más del 80% de la población en algún momento de su vida. Este trastorno suele ser agudo, debido a pequeñas lesiones musculares, pero la mayoría de las veces se soluciona con reposo en menos de 6 semanas.

La ciática, en cambio, es el dolor relacionado con el nervio ciático en uno o varios puntos de su recorrido. La intensidad de este dolor puede ser insoportable e incapacitante, aunque su incidencia es menor que la de la lumbalgia.

Cómo prevenir la ciática

Aunque no siempre se puede prevenir, estas pautas ayudan a proteger la espalda:

  • Siéntate bien. Elige un asiento con buen soporte lumbar, apoyabrazos y base giratoria e intenta mantener las rodillas y la cadera alineadas. Si colocas una almohada en la parte baja de la espalda, favorecerás el mantenimiento de su curva normal.
  • Duerme de lado. Mejor sobre el izquierdo y con las piernas algo flexionadas. Evita dormir boca abajo y, si lo haces boca arriba, ponte un cojín debajo de las rodillas.
  • Haz deporte de bajo impacto. Los ejercicios físicos moderados, como estiramientos, caminar o nadar, ayudan a reforzarán los músculos centrales y son esenciales para tener una buena postura y una correcta alineación. Elude el ‘running’ o el tenis.
  • Practica yoga o pilates. Estas disciplinas trabajan la zona baja de la espalda y el abdomen, con movimientos que contraen estos puntos, de forma que se refuerza el área lumbar a la vez que se trabaja la respiración abdominal.
  • Fisioterapia. El tratamiento fisioterapéutico (combina manipulación manual terapéutica, estimulación eléctrica, terapias de frío y calor y ejercicios adaptados) puede ayudar a desbloquear y tonificar los músculos que envuelven la zona lumbar.
  • Controla tus movimientos. Evita usar siempre tacón, llevar un bolso grande (mejor una mochila), cargar la compra si pesa más de 2 kilos o permanecer mucho rato sentado o de pie. Siéntate con la espalda pegada al respaldo y camina erguido, repartiendo el peso.

Consejos para calmar la ciática

Si, a pesar de estas recomendaciones, nos hemos quedado clavados, podemos aliviar el dolor siguiendo estas recomendaciones:

  1. Frenar la actividad. Redúcela durante un par de días y retómala de forma progresiva. Evita el reposo absoluto, no te quedes en la cama e intenta moverte un poco. Aunque sea por casa.
  2. Aplicarse hielo y calor. Ponte hielo o compresas frías sobre la zona varias veces al día, al menos durante 48 horas. Luego aplícate calor hasta que remitan las molestias.
  3. Incorporar a la dieta alimentos con propiedades antiinflamatorias. Consume verduras, fruta y legumbres y evita los alimentos ácidos, como carnes rojas, café, azúcar y alcohol.
  4. Infusión de relax. El estrés o la falta de sueño pueden hacer que estés más contracturado. Tómate antes de acostarte una infusión de melisa, tila y azahar.
  5. Estirar la espalda. Siéntate con las piernas cruzadas y levanta los brazos hacia arriba al inspirar. Al espirar, inclina el tronco adelante y apoya los brazos en el suelo. Repite este movimiento 3 veces.

Todas estas recomendaciones pueden ayudar a calmar el dolor provocado por la ciática. Si la situación no mejora en unos días, consulta con un médico, que podrá prescribirte algún medicamento o  aconsejarte un tratamiento quirúrgico, en caso de ser necesario.

El Centro Médico Claudio Coello de Nueva Mutua Sanitaria ofrece servicios de Fisioterapia que pueden ayudarte a mejorar y prevenir todo tipo de molestias de origen muscular y en el cuadro médico podrás encontrar especialistas en Traumatología y Rehabilitación.

 Fuentes:

    • Organización Mundial de la Salud
    • Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos
    • Mayo Clinic
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