EPOC: síntomas y tratamiento

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica afecta seriamente a la respiración. Algunos hábitos pueden ayudar a prevenirla.

Cada 10 de noviembre se celebra el Día Mundial de la EPOC (enfermedad pulmonar inflamatoria crónica), una patología que causa la obstrucción del flujo de aire de los pulmones. La genética, la exposición permanente a gases tóxicos y, sobre todo, fumar pueden causar esta enfermedad.

La EPOC puede ser leve, moderada o grave y se presenta como bronquitis crónica o como enfisema. La primera es una inflamación de las vías aéreas con tos y expectoración de moco. El enfisema, por su parte, destruye los alvéolos (pequeños sacos de aire donde se desarrolla el intercambio de oxígeno).

Unos 2,5 millones de personas padecen EPOC en nuestro país, una enfermedad que afecta más a los hombres y está infradiagnosticada en el caso de las mujeres, como refleja un estudio publicado en Revista de Patología Respiratoria. Los afectados, además, tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón, depresión y otras patologías.

Síntomas de la EPOC 

Muchas veces no aparecen hasta que existe un daño pulmonar. Aun así, estos son algunos de los indicadores de la enfermedad.

• • Tos con expectoración de moco
  • Dificultad para respirar con normalidad, que empeora con la actividad y el esfuerzo
  • Pitidos y ruidos al respirar (sibilancias)
  • Infecciones respiratorias frecuentes
  • Pérdida de peso
  • Hinchazón en tobillos, pies o piernas
  • Cansancio y apatía

Todas las personas que presentan estos síntomas no tienen por qué padecer EPOC. Un médico será quien determine el diagnóstico.

Cómo se detecta la EPOC 

Además de valorar los síntomas descritos, el especialista también tendrá en cuenta los antecedentes familiares y la exposición a agentes irritantes del pulmón (como el tabaco). A partir de ahí realizará una exploración física y las siguientes pruebas para determinar el diagnóstico.

Radiografía de tórax. Proporciona la imagen más simple de los pulmones, pero no orienta sobre el impacto de la obstrucción del flujo aéreo o sobre la presencia de otras enfermedades. 

Espirometría. Estudio del grado de obstrucción del flujo aéreo. Mide la capacidad pulmonar total y el volumen de aire que una persona es capaz de movilizar al espirar con todas sus fuerzas. 

Pulsioximetría. Valora la saturación de oxígeno en la sangre. Se realiza tanto en reposo como en ejercicio. El médico determina si la saturación de oxígeno en sangre disminuye más de lo normal.

Gasometría arterial. Mide la presión de oxígeno y dióxido de carbono en sangre arterial. Suele realizarse mediante una punción en la arteria radial (muñeca) y se administra anestesia local. 

TC torácico. Estudia con más precisión la situación del pulmón, gracias a múltiples imágenes. A través de estas se puede ver si hay dilataciones de los bronquios o zonas con atrapamiento aéreo. 

Analítica de sangre. Se lleva a cabo una analítica completa con bioquímica y hemograma.

Hábitos que alivian y previenen la EPOC 

Algunos hábitos alivian los síntomas de la enfermedad y ayudan a prevenirla:

No fumar. Evitar el tabaquismo puede ayudar a que la EPOC empeore. Además, mejora la salud en general y se alarga la esperanza de vida. 

Evitar la exposición a gases tóxicos.

Ejercicio físico. Practicar deporte de manera moderada y con regularidad aumenta la fuerza y mejora la calidad de vida.

Come 5 veces al día. Así se aligera la carga respiratoria. Una alimentación sana, evitar las comidas copiosas y beber mucha agua ayuda a mantener una expectoración fluida. 

Tratamiento de la EPOC 

La clave para hacer frente a esta enfermedad respiratoria es dejar de fumar. También existen tratamientos farmacológicos y quirúrgicos, así como distintas terapias para reducir los síntomas y mejorar el pronóstico.

Fármacos. Se utilizan inhaladores de broncodilatadores, que relajan los músculos de alrededor de las vías respiratorias, alivian la tos y facilitan la respiración. Los antibióticos, los esteroides y los antiinflamatorios también se hallan entre los medicamentos habituales.   

Terapias pulmonares. La oxigenoterapia y la rehabilitación pulmonar son las más frecuentes. La primera suministra oxígeno a los pulmones mediante un dispositivo. La rehabilitación pulmonar combina educación, ejercicios de entrenamiento, consejos nutricionales y asesoramiento.

Terapia no invasiva de respiración asistida en el hogar. Algunos dispositivos ayudan a mejorar la respiración y a disminuir la retención de dióxido de carbono, que puede provocar una insuficiencia respiratoria aguda.

Cirugía. La bullectomía (consistente en eliminar los grandes espacios de aire de los pulmones), la reducción de volumen pulmonar y el trasplante pulmonar son las intervenciones quirúrgicas habituales en casos de EPOC.

Como ves, dejar de fumar es la mejor opción para aliviar la tos y mejorar la respiración. En muchos casos, resulta difícil, por lo que conviene acudir a un profesional de la salud para que ayude a superar esta adicción.

En Nueva Mutua Sanitaria contamos con los mejores neumólogos para tratar los problemas respiratorios.

Fuentes:
Características clínicas y sociodemográficas de mujeres diagnosticadas de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en España: estudio ECME. S. Mayoralas Alises, S. Díaz Lobato, E. Antón, X. Ribera, I. Unzueta, A. Martin. Revista de Patología Respiratoria. Enero-Marzo 2016. https://www.revistadepatologiarespiratoria.org/descargas/pr_19-1_3-10.pdf