Establecer metas factibles y rodearnos de los nuestros puede evitar decepciones y hacernos sentir mejor
Aprender un idioma, hacer más deporte o ser más ordenado. Estos son tres retos muy comunes que nos hemos planteado más de una vez en nuestra vida. Solemos hacerlo al acabar el verano y al cambiar el calendario.
Los propósitos de Año Nuevo son un clásico para la mayoría de personas. Las metas son necesarias para nuestro crecimiento personal. Pero, estas deben ser realistas para evitar que caigamos en el desánimo y la frustración.
Aun así, lograr un objetivo no garantiza una satisfacción duradera. La falacia de la llegada, un término acuñado por el psicólogo Tal Ben-Shahar, habla de la ilusión que produce alcanzar un reto, aunque no signifique lograr la felicidad eterna.
7 claves para plantearte nuevos retos
Proponerse objetivos alcanzables es la forma más saludable de lograrlos, evitando las decepciones.
- La felicidad no depende de logros. Evita condicionarla a tus metas. Pensar que serás feliz con 5 kilos menos, un trabajo nuevo o un cambio de ciudad es un error. Estás asociando el objetivo con la felicidad. Mejor pregúntate qué te hace feliz ahora mismo y céntrate en ello.
- Disfruta del proceso. No te obsesiones con el resultado final, disfruta del viaje que te llevará a conseguir lo que te has propuesto. Por ejemplo, si quieres perder peso, celebra cada paso que das en lugar de visualizar prendas que te pondrás cuando estés más delgado.
- Sé realista. Plantéate propósitos alcanzables. De lo contrario, es muy probable que sientas decepción o frustración, y abandones a la primera de cambio. Crea metas sobre las que tengas control y puedas asumir, es mucho más reconfortante.
- Evita comparaciones. Hacerlo afectará a tu estado de ánimo. Cada persona tiene sus necesidades y va a un ritmo distinto. En este sentido, las redes sociales son un escaparate que puede minar el estado de ánimo y la autoestima, por lo que conviene moderar su uso.
- Revisa todo lo positivo. Permanece atento a lo que te hace feliz en este momento. Respira profundamente y piensa en algo bueno que te esté sucediendo en tu vida.
- Pequeñas acciones. Incorpora hábitos sencillos a tu rutina. Son gratificantes y te acercarán a tus objetivos. El momento preciso para realizar un cambio nunca llega, se logra a base de pequeñas acciones del día a día.
- Cuida tus relaciones. El tiempo de calidad que pasamos con nuestros seres queridos nos aporta muchas cosas positivas y nos hace sentir bien. Dedica el mayor tiempo posible a estar con familiares y amigos.
Como ves, las acciones y el esfuerzo diario son la base para lograr nuestros objetivos. Rodearnos de nuestra gente nos ayudará a seguir avanzando en nuestro aprendizaje hacia nuestra metas.
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Fuentes:
Tal Ben-Shahar. https://talbenshahar.com/
