El intestino y la mente están conectados. Así, mejorando nuestra alimentación nos podemos sentir más felices.
Seguamente has sentido alguna vez “mariposas en el estómago” cuando estabas nervioso. O tal vez tuviste la necesidad de comer chocolate en un momento estresante.
Recientes estudios muestran que existe una conexión entre el intestino y el cerebro, y que mejorar la salud intestinal y la alimentación puede ser clave para una buena salud emocional.
Conexión mente – intestino
A principios del siglo XX, el científico británico George Porter Phillips notó que las personas del Bethlem Royal Hospital de Londres que sufrían melancolía, también tenían estreñimiento.
Esta curiosidad le llevó a tratar a esos pacientes con alimentos probióticos (kéfir y yogures), que contienen bacterias intestinales que facilitan la digestión. La dieta surtió efecto y también mejoró la depresión de sus pacientes.
Más de un siglo después, se ha descubierto que el vínculo entre mente e intestino es mucho mayor de lo que se creía. Por ello, hoy en día al intestino se le conoce como «el segundo cerebro».
Cómo influye la dieta en la salud emocional
Algunos neurotransmisores, es decir, aquellas sustancias químicas del cerebro responsables del estado de ánimo, se producen en el intestino. Este es el caso de la serotonina, una hormona que suele encontrarse en dosis bajas en quienes sufren depresión y ansiedad.
La mayoría de antidepresivos funcionan aumentando los niveles de serotonina en el cerebro. No obstante, muchas bacterias del intestino producen serotonina por sí mismas o están involucradas en el metabolismo de esta hormona, descomponiéndola para el organismo.
Asimismo, el intestino y el cerebro también están unidos por el nervio vago, el más largo del cuerpo. Cuando se estimula este nervio mediante alimentos o ciertos ejercicios, nos sentimos más tranquilos y felices.
Alimentos que suben el ánimo
Incluir en nuestra dieta determinados alimentos puede ayudar a mantener el intestino en buen estado y, a la vez, mejorar nuestro bienestar emocional.
Probióticos. Son fermentados compuestos de bacterias, que ayudan a mantener el intestino sano. Están en el yogur, el kéfir, el chucrut, el té kombucha o encurtidos. Además, la Universidad de McMaster encontró que los probióticos pueden prevenir el estrés crónico.
Fibra. Guisantes, espinacas, coles de bruselas, manzanas, plátanos y cereales integrales son ricos en fibra, una sustancia imprescindible para la salud intestinal. Así, la Universidad de Tsukuba (Japón) demostró que la ingesta de fibra podría reducir el riesgo de demencia.
Omega 3. Ácidos grasos beneficiosos para el buen funcionamiento intestinal. Los encontrarás en el salmón, huevos y semillas de lino. Además, la Universidad de Turín reveló que el omega 3 ayuda a prevenir los síntomas depresivos y otros trastornos de la salud mental.
Frutos secos. Tienen un alto contenido en minerales (como el magnesio y el hierro), que impiden la fatiga neuronal y ayudan a mantener la calma. Opta por nueces, almendras o pistachos. Además, sacian y ayudan a controlar la presión arterial y el colesterol.
Frutos rojos. Fresas, arándanos, frambuesas, moras y cerezas son ricas en flavonoides y antocianinas, sustancias muy beneficiosas para aliviar la ansiedad. Los frutos rojos también contribuyen a la producción de dopamina, que estimula un estado de ánimo equilibrado.
Chocolate y café. El primero reduce el cortisol (hormona del estrés), y ayuda a generar felicidad. Por su parte, el café (con moderación) aumenta el nivel de endorfinas, neurotransmisores que producen sensación de placer y bienestar.
Como ves, la alimentación puede influir en nuestro estado de ánimo y en las emociones. Complementa tu dieta haciendo ejercicio físico de forma regular. Mejorará tu estado físico, liberarás endorfinas y te hará sentir mejor.
Recuerda que el servicio de Nutrición del Centro Médico Claudio Coello de Nueva Mutua Sanitaria puede ayudarte a llevar una dieta saludable.
Fuentes:
Stress & the gut-brain axis: Regulation by the microbiome. Jane A. Foster, Linda Rinaman and John F. Cryan. Neurobiology of Stress. December 2017. https://doi.org/10.1016/j.ynstr.2017.03.001
Dietary fiber intake and risk of incident disabling dementia: the Circulatory Risk in Communities Study. Nutritional Neuroscience. February 2022. Kazumasa Yamagishi, Koutatsu Maruyama, Ai Ikeda, Masanori Nagao, Hiroyuki Noda et alt. DOI: 10.1080/1028415X.2022.2027592
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What You Need to Know About the Mind-Gut Connection. Rebecca GaoUpdated: May 21, 2021. Best Health magazine. https://www.besthealthmag.ca/article/mind-gut-connection/