Consejos para evitar contraer hongos en la piscina

Consejos para no contraer hongos en la piscina

La humedad es la principal aliada de algunos microorganismos, que suelen afectar a los pies. Evita que afloren siguiendo estas pautas

Los hongos son microorganismos eucariotas que conviven con nosotros. Existen más de 80.000 especies, la mayoría benignos, aunque también hay una minoría que causan infecciones.

Se les conoce como hongos patógenos y pueden provocar micosis, es decir, infecciones por hongos que afectan a tejidos como la capa córnea de la piel, el cabello, las uñas y las mucosas.

Son contagiosas y se transmiten de una persona a otra por contacto directo con la piel o de forma indirecta (en ambientes de agua abundante y temperatura elevada, como saunas, gimnasios y piscinas).

Los hongos más frecuentes en las piscinas

Con el calor y la humedad propias del verano, los hongos proliferan en zonas como las piscinas comunitarias. Estas son las micosis más habituales:

Pitiriasis versicolor. Son unas manchas en la piel (entre blancas y marrones) que destacan cuando está bronceada. La pitiriasis versicolor se trata con antimicóticos o antifúngicos.

Pie de atleta. Enrojecimiento entre los dedos de los pies, acompañado de surcos o fisuras dolorosas, con placas blanquecinas que se descaman. Requiere de un con antimicóticos tópicos. El aceite del árbol de té también se utiliza con frecuencia para combatir el pie de atleta.

Onicomicosis. Infección de las uñas por hongos. Estas cambian tanto en el crecimiento como en la forma y pueden ponerse blancas, amarillas o marrones. También pierden brillo, se enrojecen y desprenden mal olor al cortarlas.

Candidiasis. Las micosis vaginales aparecen por distintas causas, como el exceso de higiene genital (altera la flora vaginal), el uso de ropa muy ajustada, alteraciones hormonales o enfermedades como la diabetes. Se trata con antimicóticos en crema u óvulos vaginales.

Cómo prevenir hongos en verano

Para evitar un posible contagio hay que tener en cuenta estas recomendaciones:

  1. Calzado. No camines descalzo por el borde de la piscina o sobre el suelo mojado. Usa chanclas en el vestuario y la ducha. Pero, evita llevarlas todo el día.
  2. Ducha. Hazlo antes y después de cada baño, siempre con las chanclas puestas.
  3. Toalla. Sécate bien los pies con una toalla después de cada baño. Pon especial atención al espacio entre los dedos, ya que es donde proliferan los hongos.
  4. No compartas. No prestes la toalla ni las chanclas a otro para evitar contagios.
  5. Tejidos. Usa el calzado y ropa adecuados. Evita el material sintético y utiliza calcetines de hilo o algodón y calzado transpirable, con suelo de cuero y materiales naturales.
  6. Hidratación. Mantén tus pies hidratados. La sequedad favorece las heridas y propicia la aparición de hongos. Aplícate cremas y lociones con urea.
  7. Uñas cuadradas. Así evitarás que se claven en los dedos y que estos se inflamen. Espacia el uso de esmaltes permanentes de uñas, ya que también pueden provocar hongos.

Si, a pesar de estas precauciones, aparecen hongos en los pies, puedes utilizar ungüentos, cremas, polvos o aerosoles antimicóticos de venta libre.

Si la infección no mejora en un par de semanas, acude a un dermatólogo, que te recomendará el tratamiento más adecuado (por vía tópica e incluso oral) para eliminar estos microorganismos infecciosos.

Como ves, siguiendo unas pautas sencillas podrás disfrutar de la piscina con tranquilidad y prevenir la aparición de hongos. Recuerda proteger tu piel con cremas y lociones solares y bebe suficiente agua para mantenerte hidratado.

Los dermatólogos de Nueva Mutua Sanitaria te ayudarán a cuidar y proteger cualquier afección relacionada con los hongos.

Fuentes:

Todo sobre las uñas. Enero 2013. Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). https://aedv.es/comunicacion/notas-de-prensa/todo-sobre-las-unas/

¡Suscribete a nuestra Newsletter!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *