Cómo diferenciar un ataque de pánico de un ataque de ansiedad

Cómo diferenciar un ataque de pánico de un ataque de ansiedad

Ambos causan desconcierto y angustia, pero no son lo mismo. Aprende a distinguir un problema de otro y cómo abordarlos

Nerviosismo, agitación, respiración acelerada y sensación de asfixia son síntomas que pueden ser comunes si sufrimos un ataque de ansiedad o de pánico. Aun así, se trata de dos problemas con diferentes orígenes y emociones, aunque ambos conceptos se utilicen indistintamente. 

Diferencias entre ansiedad y pánico   

Quienes han sufrido un ataque de pánico describen la experiencia como debilitante y aterradora, mucho más intensa y preocupante que si se produce un ataque de ansiedad.

Un ataque de ansiedad suele ocurrir en una situación determinada (periodo de mucho estrés laboral o un suceso grave) y sus síntomas son más leves y más fáciles de controlar. Sin embargo, un ataque de pánico es fortuito y mucho más intenso (con sudores, mareos y taquicardias).

Para los psicólogos clínicos, existen diferencias sustanciales entre un problema y otro.

Empecemos por conocer el origen, la sintomatología y las causas de un ataque de ansiedad.

Síntomas de un ataque de ansiedad

Un ataque de ansiedad es la reacción de nuestro cuerpo a un suceso concreto (un problema laboral o personal). Su origen puede venir por factores genéticos, ambientales y circunstanciales.

Asimismo, la ansiedad tiende a involucrar síntomas de bajo grado que persisten durante un período de tiempo más prolongado.

Los trastornos por ansiedad son la enfermedad psiquiátrica más frecuente, según la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). De hecho, entre un 3 y un 5% de los adultos siente ansiedad en algún momento del año (las mujeres tienen el doble de probabilidades).

La ansiedad se manifiesta a nivel emocional y físico:

Síntomas emocionales. Preocupación constante, cansancio, irritabilidad y problemas para concentrarse y conciliar el sueño.

Síntomas físicos. Pulsaciones elevadas, sudoración excesiva, tensión muscular, temblores, mareos, desmayos.

¿Qué se siente en un ataque de pánico?

El trastorno de pánico es menos frecuente y se diagnostica a algo menos de un 1% de la población. Las mujeres son de casi 3 veces más propensas.

En el trastorno de pánico (o ataque de angustia), la persona experimenta crisis recurrentes de angustia que surgen espontáneamente. Se trata de una ansiedad aguda y extrema en la que es frecuente que la persona crea que va a morir.

Estos ataques repentinos de miedo intenso no tienen una causa directa. En ocasiones, quienes sufren este trastorno desarrollan angustia a experimentar el próximo ataque, cuya ocurrencia no pueden prever: es la llamada ansiedad anticipatoria.

Durante un ataque de pánico, la respiración y el corazón se aceleran, ya que el cuerpo se prepara para luchar contra un enemigo.

Y, a diferencia de un ataque de ansiedad, que tiende a prolongarse, uno de pánico suele desaparecer poco después.

¿Qué hacer en caso de ataque de pánico o ataque de ansiedad? 

La mayoría de expertos utiliza estrategias similares para tratar un ataque de ansiedad o de pánico. Los siguientes métodos son los más utilizados para abordar ambos problemas.

Terapia cognitivo-conductual. Método dirigido por un psicólogo o psiquiatra que aborda los problemas que el paciente ha estado evitando por la ansiedad para reducirla. En algunos casos, medicamentos como el Prozac pueden ayudar en el tratamiento.

Aprender a respirar. En un ataque de ansiedad o de pánico se acelera la respiración, lo que puede provocar mareos y sensación de asfixia. Para contrarrestarlos, hay que realizar una respiración abdominal lenta y profunda (intentando respirar desde el diafragma). 

Meditación. Aprender a vivir el presente ayuda a gestionar las emociones. Un estudio de la Revista Estadounidense de Psiquiatría concluyó que un programa de entrenamiento mindfulness puede reducir los síntomas de ansiedad y pánico. 

Evita alcohol y cafeína. Limita el alcohol para que no se vea alterado el sueño. Reduce también el consumo de cafeína, ya que acelera la ansiedad y afecta al estado de ánimo. Tomar demasiada cafeína puede generar más ansiedad e irritabilidad.

 Como ves, los ataques de ansiedad y pánico pueden tratarse de forma efectiva para mantenerlos bajo control. Una alimentación sana y equilibrada y hacer deporte de forma habitual también contribuyen a evitar el estrés y la ansiedad.

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Fuentes:

Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Washington, DC. American Psychiatric Association. 2013. https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596

Effectiveness of a meditation-based stress reduction program in the treatment of anxiety disorders. Kabat-Zinn J et al. American Journal of Psychiatry. April 2006. https://doi.org/10.1176/ajp.149.7.936

Ansiedad. Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). https://www.fesemi.org/informacion-pacientes/conozca-mejor-su-enfermedad/ansiedad

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